lunes, 27 de noviembre de 2017

EL OTOÑO CON EL DIOS DE LAS PEQUEÑAS COSAS







Caen las hojas al igual que pasamos las hojas de nuestra lectura del mes de octubre con esta deliciosa novela de Arundhati Roy (Shillong 1961- ) escritora y activista hindú que ganó el Premio Booker en 1997 con esta obra y que no solo le mereció este galardón sino que el éxito llegó bastante más allá con la venta de ocho millones de ejemplares en todo el mundo y la traducción a cuarenta idiomas.

Una mujer comprometida con los problemas de su país, autora también de excelentes y combativos ensayos políticos que afirma tener como maestros a Martin Luther King, Gandhi y Nelson Mandela, precursores de la no violencia en el siglo XX. Con el ensayo el álgebra de la justicia infinita (Anagrama 2000) obtiene en nuestro país el Premio Internacional de Periodismo José Luís López Lacalle , organizado por el periódico El Mundo, y en el 2004 le fue concedido el Premio Sidney de la Paz por su trabajo a favor de las campañas sociales y su apoyo al pacifismo.





Este es nuestro segundo encuentro con una obra literaria ambientada en la India. Si ya lo hicimos el año pasado con Rudyard Kipling en la India colonial, con El Dios de las Pequeñas Cosas daremos un salto en el tiempo y nos mostrará la India  actual, después de que el Reino Unido aceptara la independencia de ésta en 1947, comenzando la historia en 1969 y dilatándola en el tiempo hasta 1993.

La historia narrada transcurre en un pueblo llamado Ayemenem o Aymanam, en Kottayam, estado de Kerala al sur de la India y la conforman un conjunto de historias llevadas a cabo por una saga familiar compuesta por los gemelos Ethan (niño) y Rahel (niña) separados cuando tenían siete años y reencontrándose treinta y un años después, la madre es estos Ammu, el hermano Chako separado de la inglesa Margaret Kochamma con una hija en común, Sophie Mol, la tía abuela Bebé Kochamna y los progenitores Pappachi y Mammachi (abuelos de los gemelos) todos ellos cristianos , una religión que convive en la India junto con hinduístas, musulmanes, sijs, budistas y otros grupos minoritarios y donde la Iglesia Siria Ortodoxa extendió hace tiempo sus creencias.

La estructura literaria de la novela no es lineal, tiene muchos saltos en el tiempo y va rememorando hechos hacia adelante y hacia atrás con lo que su lectura, unida al gran número de personajes es un poco compleja al principio, pero a medida que nos vamos familiarizando con ellos la lectura va a ir cobrando gran interés sobre todo por la dulzura con la que es contada desde la mirada infantil de los protagonistas.

Un hecho accidental como es la muerte de la pequeña Sophie Moll va a marcar la vida de esta saga familiar y de unos niños que crecerán tratando de encontrar maneras de convivir con lo sucedido.

A esta amalgama de personajes se irán uniendo muchos más, activistas políticos que nos mostrarán los inicios del partido comunista en la India, personajes de las diferentes castas que aún perviven en este país y que nos muestran el modo de vida de los intocables, sin acceso a la educación y a la cultura y como una sociedad puede castigar a una persona de casta superior que tenga relaciones sexuales con ellos. Hecho este que hizo desatar las iras de la sociedad india ante este atrevimiento de la escritora que fue criticada por obscenidad y corrupción moral; esto le costó una acusación criminal que aún hoy circula por los juzgados y que le ha impedido traducir su libro a algunas lenguas del país.

Esta obra literaria que tiene tintes autobiográficos y  nos va a ir mostrando una sociedad compleja que iremos descubriendo a través de la vida de sus personajes con abusos, violencia, injusticia y discriminación, también con un Dios, el de las pequeñas cosas, el Dios de la Pérdida que no dejó huellas en la arena, ni ondas en el agua, ni imágenes en los espejos.

Son muchos los crítico literarios que han comparado esta novela con Cien años de soledad y han intentando ver en la prosa de Arundhati Roy el realismo mágico de la literatura hispanoamericana a lo que la autora ha contestado de forma contundente que no hay ningún realismo mágico en su literatura porque cualquier magia que aparece está en la imaginación de los niños que aún no conocen los límites que separan lo mágico de lo real. Pero más allá de este realismo mágico esta novela es sin duda una obra que tras finalizar su lectura no te deja indiferente y para digerirla y sacarle el máximo provecho debes comenzar de nuevo por el principio y releer  las cien primeras páginas para encajar a la perfección  ese puzle del que está compuesta y si te apetece seguir releyendo para poder recrearte en esos detalles que con una primera lectura pasan desapercibidos, no lo dudes, el disfrute puede verse incrementado al cien por cien.

Veinte años después del Dios de las Pequeñas Cosas, Arandhati Roy vuelve con su segunda novela El Ministerio de la Felicidad Suprema y es que según declara la escritora, en una visita a España en octubre de este mismo año,  la novela requiere otro tiempo, no es tan inmediata como el ensayo y consigue construir un universo al que invitas al lector a habitar en un edificio que te permite abrir varias ventanas, en distintos momentos, con diferente luz.


viernes, 3 de noviembre de 2017

CELEBRAMOS EL DÍA DE LA BIBLIOTECA CON LA VISITA DE APROMUBA Y FILOSOFÍA PRÁCTICA

Como cada año la Biblioteca Municipal celebra desde el año 2012 el Día de la Biblioteca, con la celebración de esta efeméride se quiere concienciar a la sociedad de la importancia de la lectura, agradecer y potenciar la extraordinaria labor de los profesionales de las bibliotecas, difundiendo la existencia de un servicio público de proximidad que contribuye eficazmente a facilitar una vía de acceso al conocimiento a todos los ciudadanos. Se busca, por tanto, destacar el papel de la biblioteca como un espacio público del conocimiento, libre y gratuito, que se hace aún más necesario dentro del nuevo entorno digital, además de trabajar y contribuir a reducir las desigualdades sociales.
Cada año un escritor y un ilustrador de reconocido prestigio se encargan de la redacción del pregón y la realización del cartel. 


El cartel ha sido realizado por Manuel Marsol, ganador del Premio Internacional de Ilustración en la Feria de Bolonia-Fundación SM y la redacción del pregón  es de Alejandro Palomas Premio Nacional de Literatura Infantil 2016 por la novela Un hijo.

Texto del pregón: “Como Mary Poppins, pero sin volar”
Soy sobrino de bibliotecaria. Desde que tengo memoria, mi tía, que acaba de cumplir ochenta años, me ha regalado un libro el día de mi cumpleaños. Primero fue la serie de Osear, con su Kina y su láser, de la gran Carmen Kurtz; llegaron después las aventuras de Los Cinco, algunos clásicos ilustrados, la gran Nadade Carmen Laforet… La lista es larga y el disfrute ha sido mágico, porque mi tía entiende la lectura como algo que cura, que aleja al inocente de lo que agrede, y yo -y ella lo sabe- siempre he sido demasiado vulnerable a lo que daña, sea o no imaginado, sea o no real.

Mi tía se llama Nuria y desde niña sufre mucho de la vista. Aun así, trabajó durante décadas fomentando el amor por la lectura en hombres y mujeres, chicos y chicas a los que no conocía, pero cuya mirada no tardó en aprender a leer, a identificar y a descifrar. Ella decía -y a veces dice todavía- que “repartía refugio”, y se emociona al recordarlo. 
La he oído también confesar en algunos momentos de nuestra historia común, que no fueron fáciles y que vivimos juntos: “Decidí ser bibliotecaria porque así me aseguraba de que, por muy mal que nos fueran las cosas, aunque faltara el agua caliente o la calefacción, siempre tendríamos un libro en casa”. 
Ahora, quince años después de su jubilación, soy yo quien le recomienda lecturas. Leemos un libro a la vez y nos juntamos cada quince días a comer y a comentar lo leído, en lo que hemos bautizado como “El club de las 2”, porque intentamos en lo posible que coincida con el día 2 de cada mes, a las 2, y porque somos dos almas lectoras que no tienen freno. Durante estos años de club, ella me ha contado cosas, muchas cosas de su vida en la biblioteca, y desde que la oigo hablar como lo hace sobre su amor por esa vocación, que no decrece a pesar del tiempo, no puedo dejar de maravillarme y de preguntarme cómo definiría yo a una bibliotecaria -o a un bibliotecario- llegado el caso. 
Hasta hace unos meses no di con la respuesta.
Fue a raíz de la publicación de Un hijo, durante una charla en un centro de enseñanza de una capital andaluza. Y fue precisamente gracias a un niño de diez años que, junto con otros 1OO, había leído la novela y quería conocer a su autor. Por motivos de espacio, el acto tuvo lugar en la biblioteca del centro, con un par de profesoras y la encargada de la biblioteca. La charla fue muy intensa, mucho más de lo que yo esperaba, y se alargó. Cuando por fin llegamos al final del turno de preguntas, un niño que estaba sentado en la primera fila levantó la mano.
-A mí lo que más me ha gustado del libro es María -dijo refiriéndose a la orientadora del centro, que es, junto con el pequeño Guille, la protagonista del libro. 
Quise saber por qué. El niño, llamado Ismael, se rio un poco y luego, mirando a una de las tres mujeres que estaban junto a la puerta. dijo:
-Porque es igual que la seño Lourdes. -Una de las tres mujeres que estaban junto a la puerta se encogió un poco y negó con la cabeza, incapaz de reprimir una sonrisa. Ismael no había terminado-. Vive en la biblioteca porque si no los libros a lo mejor se van. O se mueren.
Se hizo el silencio en la biblioteca. Nadie se rio. Nadie dijo nada. Fueron segundos llenos de respiraciones contenidas, de tensión y de infancia.
-Es que es bibliotecaria -volvió a hablar Ismael. Y al ver que yo lo miraba sin saber qué decir, debió de entender que necesitaba explicarse mejor, y añadió-: O sea, como Mary Poppins, pero sin alas. 
Hoy es un día especial. Celebramos el Día de las Bibliotecas y celebramos también que cientos, miles de Mary Poppins sin alas velan por los libros que las habitan para que no se mueran ni se vayan, e Ismael siga creyendo que la vida está en los libros y su reflejo fuera. Hoy es el día en que, un año más, la magia se renueva y todas las bibliotecarias y bibliotecarios del mundo se saludan con una mirada cómplice y un largo. hermoso y tierno:
“Supercalifragilísticoespialidoso”.

La Biblioteca es un espacio abierto y vivo que sirve de intercambio a la comunidad, donde los ciudadanos pueden acudir para satisfacer no solo necesidades de conocimiento y formación sino también de ocio, integración, diversidad cultural compartida y creativa. Precisamente por esto último la mañana del día 24 de octubre nos acompañaba la Asociación Pro Derechos de la mujer baenense APROMUBA.




Compartimos información y descubrimos todo lo que la biblioteca nos puede ofrecer en torno a sus colecciones de libros y su funcionamiento pero sobre todo y los más importante es que descubrieron que la biblioteca es un espacio vivo que facilita la comunicación y la interrelación social, favoreciendo la convivencia, el encuentro y el intercambio cultural y social, ofreciendo un amplio abanico de actividades en sus programaciones.

Y para que tengan su primera experiencia con el libro y la lectura compartida, el próximo mes de diciembre tendremos con esta asociación una actividad en la que compartiremos una lectura conjunta de la colección lectura fácil facilitada por la Biblioteca Pública Provincial de Córdoba.

Por la tarde de la mano de María Herrero profesora de filosofía en el Colegio Hijas del Patrocinio de Mª de nuestra localidad, tuvimos la oportunidad de disfrutar con la FILOSOFÍA.



Con un ejercicio de filosofía práctica, Mª Herrero saca la filosofía a la calle y en concreto a nuestra Biblioteca con el fin de que más allá de encontrar respuestas vamos a apreciar los problemas que tenemos a la hora de comunicarnos. Y para resolver este tipo de problemas vamos a poner en práctica las habilidades de pensamiento, escucha, argumentación e interpretación.

El taller se inicia con la lectura de un  texto con el personaje  de NASRUDIN, un mito que vaga entre la ingenuidad y la sabiduría y que aparece en la literatura representando infinidad de papeles desde un mendigo, a un juez, un maestro... Cada anécdota encierra humor y sabiduría además de tener una profundidad tan grande que invita a la reflexión. 

Partimos de una pregunta relacionada con el texto y de ahí intentamos construir un diálogo con las ideas de todos sin plasmar nuestras opiniones. 


Una gran experiencia donde pusimos a prueba nuestras habilidades de pensamiento, la escucha activa, la propuesta de hipótesis y el contraste de las mismas y en la que todos los participantes propusieron una segunda parte.




Enlace externo, se abre en ventanay el diseño del cartel  este año se ha contado con Alejandro Palomas, ganador del Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2016 por Un hijo, y con el ilustrador Manuel Marsol, ganador del Premio Internacional de Ilustración Feria de Bolonia-Fundación SM.