Descubrir a Santiago Roncagliolo en el Club de lectura de la Biblioteca, incluido
en la revista Granta entre los mejores escritores en español menores
de 35 años, ha sido un placer. Lo hemos hecho con esta novela que mezcla la ciencia-ficción con la intriga, en un marco incomparable, la ciudad de Tokio.
Una ciudad que se muestra como otro protagonista más de la novela y nos adentra en la vida de esta urbe en su más amplia faceta: mercados, hoteles futuristas, impersonales club de alterne, cementerios, burdeles para gatos... El protagonista principal es Max, un experto en logística de la Corporación Génesis que es convocado a una convención sobre inteligencia artificial y robótica en Tokio.
Max tiene una vida desordenada y confusa y de ser un empleado sin mucha relevancia en su empresa, en la mencionada convención comienza a alcanzar un extraño protagonismo. Junto a éste aparecerá Mai, la camarera del hotel, con la que entabla amistad y palía ese desasosiego vital que le invade y el frío y calculador Kreutz jefe de la Corporación.
A lo largo de la novela el lector irá descubriendo el porqué en plena era tecnológica resulta más difícil que nunca comunicarse y como no existe tecnología sin hombre y hombre sin tecnología y es que Santiago Roncagliolo para el desarrollo de la novela se basará en el posthumanismo un movimiento cultural, intelectual y científico que afirma el deber moral de mejorar las capacidades físicas y cognitivas de la especie humana y de aplicar al hombre las nuevas tecnologías para que se puedan eliminar aspectos no deseados y no necesarios de la condición humana como son: el sufrimiento, la enfermedad, el envejecimiento y hasta la condición mortal. Es una apuesta por lo mecánico despreciando lo orgánico
Ficción y realidad se mezclan y en este escenario en el que transitan el cuerpo humano, el cuerpo artificial (robots) y el cuerpo biológico tecnológico (Cyborg) un ser formado por materia viva y dispositivos eléctricos cuya creación persigue mejorar las capacidades del hombre y prolongar su existencia.
Kreutz nos presenta con gran claridad el objetivo de la Corporación: combinar biología con tecnología, órganos naturales con inteligencia artificial y crear vida, de ahí el título de la novela. Para lograrlo se sirve de cadáveres suicidas con el fin de utilizar su cerebro. El científico conecta las terminaciones neuronales del cerebro a una gran computadora, una máquina muy sofisticada que emite estímulos sensoriales. Esta computadora provee al cerebro de todas las imágenes que sus sentidos demandan.
El sexo también está presente en la novela a veces con escenas violentas que viene a expresar la necesidad de comunicación del hombre y saciar la sensación de soledad.
En ocasiones muchos de los capítulos se ven salpicados de un ambiente misterioso con los personajes en ambientes agobiantes, con algunos toques paranormales y sombras inquietantes.
El final de la novela tiene un mensaje de esperanza y está lleno de simbolismo con un cerezo en flor en medio de un cementerio nevado. Los cerezos florecen todos los años el mismo día y de ese modo anuncian el inicio de la primavera. Los cerezos como los humanos poseen memoria y nunca olvidan el día que tienen que abrir sus pétalos.
Una obra literaria que ha generado mucho debate en el club de lectura sobre la amistad, el sexo, la comunicación, las empresas y sus empleados y también sobre la interpretación de la obra, porque el autor ha dejado muchos cabos sueltos en la novela para que el lector los descifre además todo nuestro debate nos ha llevado a reflexionar sobre los adelantos en la robótica cuántica para la creación de máquinas humanoides capaces de aprender.
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